viernes, 5 de agosto de 2011

Intermitencia.

Volvió la tranquilidad momentánea tan ansiada
se volvió a escuchar, a lo lejos, el cantar de los pájaros cuando sólo quieren graznar
Acaricióme el pelo y noté su tacto.
He vuelto. Por momentos.
Aquí estoy.
Sí.
Y sonrío, y sonríe.
Apreciemos la rojiza luna que apenas se distingue entre las luces de la ciudad, que amo.
Y dormitemos juntos.
Y disfrutemos del morir a ratos, cuando los relojes quieren echar una carrera.
Pero, ahora sólo relájate.
Siempre lo dices.
Y yo vago siempre por el 'no podré'
Pero mi crisálida ha de romperse, como lo está haciendo. Sí, lo hace.
Y seré, al fin, mariposa de nuevo.
Para posarme en tu flor.
Escúchame de nuevo con tu voz y háblame de mis oídos mudos cuando no tenga
de qué acordarme.
Porque te adoro en el máximo esplendor de la palabra.