Cargaba con toda la constelación a sus espaldas

y no entendía que

yo ya no quisiera mirar al cielo

sino contarle los lunares

unir los trazos

y dormirme en sus auroras boreales.

No pensaba que hasta tan lejos

pudiera llegar, de un salto a la luna

y hacerla cada vez más creciente,

llenarla

y menguar.

Se adormece entre las sombras iluminando cada vez más

para ver desaparecer el hastío

la distancia que separa nuestros labios es sólo un límite inconciso

de serenidad e intranquilidad a la par

y me parto en dos para darte mi mitad.

Tu calma será mi templo

y tu cuerpo...

el mapa donde encontrarme si me pierdo.

Desasosiego e imperturbabilidad
verdades contradictorias
caminan como inertes
buscando lo vital
en los resquicios.
Y yo intenté rearmarle
a partir de mis pedazos ,
el sol está a punto de caer
y  no me verás sonriendo al suelo.
Cada segundo cuenta
si te atreves, yo me atrevo.
Sólo un gesto te hace eterno
aún llamas vida a un minutero.
Siento,
pero ya no sé si quiero
si es el corazón el que va marcando el tiempo.

Pero cuando te vuelva a ver aparecer

todo será menos confuso

abrirás la puerta

como cada día,

la verja no atrapará la conciencia.

Porque fuimos poesía,

no de esa que rima por fuerza

sino que baila al azar.
Y te perderé, me perderé, te perderás
para volver a encontrarnos a mitad del camino;
el silencio es necesario
cuando las palabras ya no son suficientes...
Y si sientes el vacío,
seré yo pensándote fuerte.

 

Neurosis confusas

de la autocrítica a la desconciencia,

tocan techo desmiradas mustias

de mi recuerdo a tu presencia.

El palpitar ya no enmudece,

pero queda ciego a cada paso,

cada brisa roza y hiela,

quedan huellas de tu abrazo.

Del adiós que nunca dije

un hasta luego que no llega

dicen el tiempo cura el alma

pero no cura la pena.

Si la timidez de tu sonrisa

ha robado lo inaccesible

déjala, que sea la vida,

quien lo torne inmarcesible.

Vino como un huracán
arrasando con lo inerte y lo estático
deshizo rutina
arriesgando lo estable
aposté hasta las retinas.
Jugando a jugárnosla
perdí
como pierden los ganadores,
el corazón,
en una batalla
contra tus ojos,
me puse a tu favor.
 
-y perdí-

Más no se sabe bien
si alguien ganó
tal vez perdiste tú
tal vez incluso gané yo
 y si me voy
¿pedirías que me quede?
si te imaginas la desrutina de mi mano
¿arriesgarías lo que tienes?
por eso perdí
porque las preguntas se responden solas
esperando el límite
que lo destruya todo
porque aún perdida
sigo jugando con fuego, con hielo y con lodo.
Por verte sonreir.

Realidad desbordante,

con los ojos cada vez más abiertos,

menos cerrada la herida,

veré marchar la sensatez

que ata la descordura a la desdicha.
Casi desprotegida
con el alma acariciada a destiempos
viendo pasar el minutero,
haciendo del tic tac en mi coraza un agujero.

Él es revolución,
detonante
caos
incertidumbre y maravilla,
igual que las batallas que se ganan.

Y yo me pierdo.

Y soy un planeta que gira en su órbita,

desorbitada mi vida.