jueves, 27 de diciembre de 2018

Desmonta cicatrices
hechas de piezas de hiel,
se hizo ver su fingida autoseguridad otra vez.
Y se cree encontrada
si más se haya perdida,
en un bucle olvidado
de eterna desmentira.
Que no huyó porque quiso
ni tampoco porque se fuera,
no se fue sin permiso
ni si quiera del de ella.
Que el olor a otoño de su esencia
no conserva ya su color.
apagada
y a la vez encendida,
sin saber donde va
ni el porqué de su despedida.

lunes, 29 de octubre de 2018

De retales

De retales,
de tropiezos malcosidos,
del malvivir de las sombras
refugiadas en el hastío.

No has de huir,
dijo una mente desplumada,
los pajaros volaron
quedaron huérfanos de jaula.

No serás sin la piedra
que machaca al caer la pierna,
aquella que le dio de comer
y cuya mano quedó deshecha.

Ábrase el agua a mi paso
que las olas ya me tragaron
en el fondo
hundida de pies a manos.

Y mirarán a lo lejos,
aquello que estuvo tan cerca
imaginando el último brillo de ojos
que se enredó en la hiedra.

Del verde hizo un jardín
del rojo sembró cerezas
y del dulce olor a jazmín
no quedaron ni las cenizas.

lunes, 11 de junio de 2018

Viajas, como las olas en el mar
como si fueras un marinero
que busca su puerto
perdido entre mil mares
de agua clara,
llena de óxido.
No viertes ni una gota de sal
a costa de aguas ajenas
porque te importa demasiado
y abres la barrera.
Y sigues tu camino,
después de haber sido uno de los mares
que alguien abrió en dos.
Y eres roto
y cristalino,
cristalizado,
sin que llegue a herir tu hielo.
Pero lo hace y te hace más frío.
Y comienzas a alejarte,
casi no se te aprecia,
cada vez más lejos
y a la vez,
cada vez más cerca.



viernes, 30 de marzo de 2018

Menos que tres, tú.

Son acordes
de la misma guitarra.
Los veo intercalarse
de la manera más perfecta
asimétrica y real,
manteniendo a su paso
una aurora boreal.

Son fuego del mismo lodo.
Descargas eléctricas de sueños,
retales y pegamento en las manos.

Y parecen iguales,
pero son distintos del mismo modo.
 



Enjambre de sal y ceniza
de la miel, sólo la que queda en los párpados fríos.
Y parece indestructible y es acobijada.
Y parece que se desvanece y es de hormigón.

Y yo me quedo a mirar
como la admiran
sin porqués.

Y me muerdo los labios
de quererla ser.

Si todo es destello y no necesita decir ni una palabra
para que todo el mundo pare a escucharla.
Boquiabierto.
Prestando atención
a lo que no dice.
A lo que se calla.

Y yo callo
y caigo.

Y no soy más que una hoja
que cae de su rama.

Pero a ella no le importa,
si nada es suyo.

lunes, 26 de marzo de 2018

Difícil es
la ignorancia posada en ajenos
cuando quieres brisas y no fragua
y persigues sonrisas sin éxito
a la par de los pasos que dan, desalmados.
Son eternos e inseparables,
envidio sus vivencias en silencio.
No soy más que una mariposa
a la que, muy pocos ven las alas .
El hastío me adormece,
me nubla el verde entre gris,
ellos siguen sus vidas,
y yo busco la mia
persiguiendo el sin sentido
de ser alguien a quien seguir
la estela
o, si quiera, tener una ráfaga
que se atreva a conocer
un poco más.