miércoles, 29 de enero de 2020

Metáforas

¿Has sentido esa sensación,
en la que sientes que se te llena
y se te vacía el corazón?
¿Sientes el letargo, los pasos alejados, el silencio que hace ruído,
mi murmullo como el de un pájaro alicaído?
Seguir siendo metáfora,
arruinarte el desenfreno, y pesarte los días.
Toneladas.
Motivos y desmotivaciones.
Pasado vuelve a la coraza.
Emociones.
No tendré palabras pero tengo mil razones.
El sinsabor vuelve a la boca y me pierdo un día más.
Pasarán nuestros trenes y seremos pasajeros.

Para no mirar atrás.
Para no echarte de menos.

viernes, 24 de enero de 2020

Tarde

Tarde,
porque llegar tarde a veces significa llegar a tiempo.
Llegar en el momento exacto, antes de la hecatombe.
Justo antes del eclipse. En el momento adecuado.
No sé cuándo perdí la noción del tiempo,
ni la de la realidad
no sé en qué momento me perdí
o en cual me encontré
o si me perdí realmente
o si sigo sin encontrarme.
Tarde,
como cuando cae la mañana y el sol se asoma sigiloso mirándote con juicio.
Tarde,
porque la prisa es más importante,
siempre tarde.
A veces llegamos sin permiso,
a veces rompemos sin motivo,
nos autoembaucamos  para justificarnos,
para justificar que hemos llegado tarde.
Nos autoconvencemos para justificar
que nos llegan tarde.
Más que temprano, siempre tarde.
Hoy no leerás prosa,
me leerás presa en mi propio sinsentido,
que no sinsentir,
con mayor tranquilidad autoinfligida
menos arriesgada
y más tarde que nunca.
Se hará tarde y no estaremos,
no será esta tarde, ni la tarde de mañana.
Llegaremos tarde una vez más.
Y tal vez no sea ni siquiera lo que queremos.
Tarde,
para echar la vista atrás.
Tarde,
para no echarte de menos.





miércoles, 15 de enero de 2020

Inoportuno y necesario,
repentino y detonante
vi los restos del naufragio
navegar por tu semblante.
Quedóme rota
pero alicatada hasta la médula
tus melodías y mis notas
bailando siempre en la misma cuerda.
Idilio utópico, mis manos dibujarán tu sonrisa,
seremos únicos
aunque nos despeine una vez más la brisa.

viernes, 10 de enero de 2020

Ruletas rusas con armas en el pecho,
atienta el fuego amenazando con quemar el camino hecho
Desenfreno momentáneo, mis ojos guardarán el secreto,
si te quedas un minuto más te enseñaré a parar el tiempo.
Y es que yo no sé cerrar la puerta
si tus ojos son mi oxígeno,
si me quedo atrapada y confusa
perdiendo el equilibrio.
Si he perdido la cordura,
déjala que no la encuentre
yo me quedo en tu locura
aunque tentemos a la suerte.