viernes, 30 de marzo de 2018

Menos que tres, tú.

Son acordes
de la misma guitarra.
Los veo intercalarse
de la manera más perfecta
asimétrica y real,
manteniendo a su paso
una aurora boreal.

Son fuego del mismo lodo.
Descargas eléctricas de sueños,
retales y pegamento en las manos.

Y parecen iguales,
pero son distintos del mismo modo.
 



Enjambre de sal y ceniza
de la miel, sólo la que queda en los párpados fríos.
Y parece indestructible y es acobijada.
Y parece que se desvanece y es de hormigón.

Y yo me quedo a mirar
como la admiran
sin porqués.

Y me muerdo los labios
de quererla ser.

Si todo es destello y no necesita decir ni una palabra
para que todo el mundo pare a escucharla.
Boquiabierto.
Prestando atención
a lo que no dice.
A lo que se calla.

Y yo callo
y caigo.

Y no soy más que una hoja
que cae de su rama.

Pero a ella no le importa,
si nada es suyo.

lunes, 26 de marzo de 2018

Difícil es
la ignorancia posada en ajenos
cuando quieres brisas y no fragua
y persigues sonrisas sin éxito
a la par de los pasos que dan, desalmados.
Son eternos e inseparables,
envidio sus vivencias en silencio.
No soy más que una mariposa
a la que, muy pocos ven las alas .
El hastío me adormece,
me nubla el verde entre gris,
ellos siguen sus vidas,
y yo busco la mia
persiguiendo el sin sentido
de ser alguien a quien seguir
la estela
o, si quiera, tener una ráfaga
que se atreva a conocer
un poco más.