miércoles, 25 de marzo de 2020

Y fueron encerrados
como los pájaros a los que metieron en jaulas
y tejieron telarañas
de retales de recuerdos,
algunos en desquicio,
algunos en sano juicio,
se despiadó el corazón
y voló.
Y fue aún más intenso todo,
de un momento a otro,
la apatía se cubrió de lodo,
la empatía le gano el terreno al odio.
Siendo más fieles,
pero mucho menos de sentimiento,
acariciando a kilómetros
entendieron la necesidad de confinamiento.
Y los cantes y las plumas salieron con el sol,
a la sombra del vacío, la añoranza se tiñó de color.
Se cerró lo innecesario, nos contagiamos de serenidad,
se abrió paso sólo a lo indispensable,
y nos dimos cuenta de nuestra valentía a pesar de que antes nos tachasen de cobardes.
Y se unió la tierra con el corazón,
y dejamos respirar al mundo,
las nubes palidecieron su color
y floreció el musgo.
Y vimos perecer
y escuchamos sonreír,
conseguimos aprender a querer
y a soñar el porvenir.
Imaginamos los recuerdos
nos miramos a los ojos en forma de reflejo,
nos apretamos fuerte las manos a través de pantallas ;
y nos atrevimos a decirnos: -no quiero que te vayas-.


jueves, 19 de marzo de 2020

Lie to me
Lo ultrasensorial toma nota
el corazón aguarda la última carta,
tu As bajo la manga
deja en jaque a mi coraza.
Tus medias tintas pintaron mi lienzo entero,
su toxicidad atípica impacta en mi desvelo. 
Me parto por la mitad, para abrir a medias un párpado, dejando un ojo ciego.
Porque ojos que no ven,
corazón que muerde el anzuelo.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Incertidumbre se apodera
a través de la jaula veré la realidad
necesaria de amor desabastecido
llena y vacía de serenidad.
Tan de cal,
que no sé cómo la arena no me entierra,
tan de los demás
que cuando digo mía, me creo quimera.
Me has visto caer y levantar
alzar las alas al volar,
desbordar como un vaso de tequila,
cubierto de lágrimas, limón y sal.
Búscame cuando anochezca,
veremos las luces brillar.
Que nunca estuvimos tan cerca,
estando alejados, cada día un poco más.


martes, 10 de marzo de 2020

Equivócate.  

De nada valen los pájaros en la mano,
a mi me gusta ver los cien volando.

Equivócate 
y échale sal a las heridas.

Equivócate 

con los ojos bien abiertos, que sienta el corazón fuerte.

Equivócate

porque más vale pronto, que para siempre.

Equivócate.



Pero equivócate conmigo.





lunes, 9 de marzo de 2020

Hecho de sueños incumplidos,
de noches de verano
de estrellas insólitas,
una galaxia en sus manos.
Te veo y casi no quiero ni mirarte,
se me acelera el pulso y me inquieto...
no sé cómo no besarte.
Careces de lo que carece la humanidad,
la vanidad y su desgaste,
eres lleno de perplejidad,
de calidez,
de un carisma aplastante.
Eres la línea de la incertidumbre,
y cuando toma forma huyo,
pero si me pides que me quede una vez más
pongo mi coraza en tu puño.


Y ahí estaba yo,
haciéndome pedazos,
autosaboteándome,
cronometrando la siguiente caída
la siguiente calada
que me dejase de ojo vuelto y temblor intrínseco.
El olor a desvivo,
lo inmortal pereciendo.
La moralidad pasajera y el recuerdo angustiado.
Aferrarse.
No soltar la mano a lo vivo, me hacía cada vez más mortal.
Apego y miedo.
El flasheo contínuo, la dilatación de las pupilas.
Parálisis.
Dolor exhumado.
Éxtasis.
Tocar el cielo en la pasarela infernal.
Ceguera, toxicidad.
El tacto desapareciendo.
Desvirtud, disculpas, despedidas.
Asonoro.
Intactil.
Ageusia e hipogeusia.
Asfixia.
Agonía.
El desentir que hizo lo eterno vital en pétalos caídos.
El color de ojos perdidos.
El olor a ácido y a desdicha.

Y resurgir como el ave fénix.