Atónita e incrédula,
de la magia me sé los trucos
de las artes hasta el mayor desencanto
de lo hipotético real, incluso dudo.
Devastación asonora,
la mudez por desdicha,
la apariencia oculta el rostro real.
Ya no te quedas,
ya no.
La necesidad se hizo casi nula
mientras me autoengaño.
Desclávate del pecho,
ya no serás más tú.
La oportunidad perdió su tiempo
y nuestros universos se separan. 
Lo justo toma forma,
lo amoral es efímero.

Avivando desrecuerdos
me plasmo al verte desorientado
he recorrido mil kilómetros diarios
de recuerdos no encontrados.
Me dices: 'quédate'
pero sin fuerzas ya no puedo
si las ganas van perdiendo
dame un motivo y yo me quedo.
De trizas de tripas
de mal cosidos
de retales, de trozos
de plenitud e incertidumbre.
Tú me miras y vienen las dudas
me sonríes , quedo muda.
Sin mordazas, el desdén me inquieta
me quedo a ver como te lanzas
en la dirección opuesta.

Al compás del deshielo
se entorna la mirada
me quedo a mirar cómo me olvida
como se aleja sin mediar palabra.
Se va indeciso, con el corazón ametrallado,
con las ganas cansadas,
yo sin poder estar a su lado,
dejo que se vaya sin decir nada.
Grítome su vacío,
y su sinesfuerzo refleja su acomodo,
me quedaré con el escalofrío
de cuando estuvimos a un paso de serlo todo
y se decantó por el hastío.

Rarezas derriten hielos,
murallas de desmotivo
vuelan los sueños a la par que los miedos
aclara el gris de cada cielo dormido.
Ya no se busca la guerra
y lo incompleto toma forma
recordando noches en vela
huiremos de la memoria.
Abrazos que quedan en el tintero
y mis plumas ya no buscan su tinta
quedándose en un hasta luego
sin querernos perder de vista.