sábado, 26 de octubre de 2019








Cargaba con toda la constelación a sus espaldas
y no entendía que
yo ya no quisiera mirar al cielo
sino contarle los lunares
unir los trazos
y dormirme en sus auroras boreales.
No pensaba que hasta tan lejos
pudiera llegar, de un salto a la luna
y hacerla cada vez más creciente,
llenarla
y menguar.
Se adormece entre las sombras iluminando cada vez más
para ver desaparecer el hastío
la distancia que separa nuestros labios es sólo un límite inconciso
de serenidad e intranquilidad a la par
y me parto en dos para darte mi mitad.
Tu calma será mi templo
y tu cuerpo...
el mapa donde encontrarme si me pierdo.

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