martes, 22 de octubre de 2019







 

Neurosis confusas
de la autocrítica a la desconciencia,
tocan techo desmiradas mustias
de mi recuerdo a tu presencia.

El palpitar ya no enmudece,
pero queda ciego a cada paso,
cada brisa roza y hiela,
quedan huellas de tu abrazo.

Del adiós que nunca dije
un hasta luego que no llega
dicen el tiempo cura el alma
pero no cura la pena.

Si la timidez de tu sonrisa
ha robado lo inaccesible
déjala, que sea la vida,
quien lo torne inmarcesible.





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