lunes, 5 de diciembre de 2011

Vértices desordenados.

Nunca será suficiente.
Así derrame diez mil toneladas de destristezas a sus pies.
Así las pupilas se derritan a su paso.
Nunca será suficiente.
Pero yo me quedo aquí en la orilla a verte aparecer entre las olas.
Así tenga que esperar un "para siempre" más.
Y me gusta verle a lo lejos, pero mucho más cerca. Y se acerca... y solo alcanzo a sonreirle.
Pero se va.
Nunca será suficiente.
Y si llueve, yo seré paraguas... y apenas logra fijarse en mi.
Pero conozco su secreto: Nunca seré suficiente.

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