jueves, 27 de julio de 2017

Leones

Atravesando fronteras llévome el destino,
sin sentido, a vista alzada,
allá donde no encuentra razón la pisada.
Cruzóse en los ojos como dagas ensaltadas en la copa de un árbol,
de la misma forma, la suya, llena de humildad la mirada,
puedo ver a través de sus ojos lo que no dice, lo que se calla.
Y quebró la rutina,
llevándome de su vacío a mi retina.
Y llegaron los leones y poblaron el alma,
y a veces, entre línea y línea, entiendo sus palabras.
Tal vez entienda las mías
tal vez nunca sepa nada.
Pero me quedo en su rugido,
al menos un día más.

Aunque ninguno sepamos donde el destino nos depara.

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