domingo, 28 de abril de 2019

Apesadumbrada entre la muchedumbre
oigo el ruido de las aves
que cantan al alzar el vuelo
cortando mis alas en su camino.
No es sin ser el más querido
alma viajera que desembarca en cualquier puerto
Que no encuentra su luz.
No se hará más del corazón tripas si la tempestad no deja de relucir de su tristeza
a veces alicaida por puro vicio y, a veces,
herida de guerra en mitad de treguas difusas.
No se harán caer más corazones de hielo
de mil pedazos en el suelo
ni se hará de esperar aquello que no será.
Porque corazón que no ve, ojos que lo sienten
Mirando al sin norte
Sin nadie que quiera marcarme los pasos.

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