callando los pasos a tu sentido.
Si te aprietas las manos seguirás teniendo el nudo.
Aprieta, destripa y abraza.
Inestabilidad y agudeza, el miedo del cobarde.
Que no huye siquiera,
que no destapa coraza,
que se queda quieta.
Que se atiende a la amenaza.
De mil manos tendidas,
el subsuelo arrastra más fuerte.
Y quedo temblando,
con el silencio a mi corriente.
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