Desrompióse,
tornando las agujas del reloj
girando manualmente el despropósito
en cada parpadeo le veo reír tímidamente
como si su sonrisa fuese dibujada
a mano alzada,
no somos más que un boceto
que podría ser pintado de acuarela,
unidos por trazos inconcisos
cerrados por otros vértices.
Y mañana caerá el sol de la misma manera,
en tu casa en la mia,
en tu mirada desajena...
Llena de luz el alma
el cantar de los buhos nos llama,
a mirarnos de reojo
evitando el cara a cara.
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