lunes, 18 de noviembre de 2019

Enmudezco en el tropiezo de mis palabras
átona y monosílaba,
no me atrevo a mirarte a los ojos
me haces prosa el corazón,
que rima en asonante
entre atrevimiento y temblor.
Me empeño en lanzar pétalos
mientras yo marchito,
me veo mustia y aletargada
a la par irradiando frenesí,
siendo dueña de mis culpas
y la conciencia jugando a ser acróbata
me rompe de raíz.
El quiero y no puedo,
Y del querer
mejor ni lo menciones,
ante el inmenso poder
que tienen tus intenciones.
Leyendo en braile tu semblante
serás seda entre mis manos,
y estaré titubeante,
tatuándome tu corazón en vano.




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